Dentro del complejo mundo de la educación especial, complejo por la variedad de diagnósticos que pueden afectar adversamente el aprendizaje de un individuo, hay un diagnóstico que impacta significativamente la ejecución y el aprendizaje escolar: el trastorno de procesamiento auditivo (TPA).
El mismo se describe como la dificultad que tiene el cerebro para interpretar la información que recibe del oído. Con esta definición se descarta el diagnóstico de pérdida auditiva y se establece que el oído está funcionando adecuadamente, que el individuo oye bien, pero presenta dificultad para procesar el mensaje a nivel central, en el cerebro. Se resume de la siguiente forma: las personas con TAP oyen bien, pero escuchan mal.
¿Cuáles son los indicadores de la presencia del TAP?
• Dificultad en entender por qué malinterpretan lo que se le dice o solo procesa parte del mensaje.
• Dificultad para seguir instrucciones verbales, especialmente si conllevan varios pasos.
• Solicita frecuentemente que le repitan lo que le han dicho o pregunta “¿qué?”.
• Dificultad para seguir una conversación si hay varias personas hablando o ruido alto de fondo.
• Se distrae con facilidad con cualquier ruido y se agobia en lugares ruidosos.
• Problemas con la destreza de lectura. Dificultad para discriminar los sonidos en las palabras y toda destreza auditiva relacionada al dominio de la lectura.
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad con la memoria auditiva.
¿Qué ocasiona este diagnóstico?
Aún no se conoce con exactitud lo que lo causa. Algunos expertos sugieren que los niños con infecciones de oído recurrentes, o con traumas craneales, están en mayor riesgo de presentar un problema para procesar la información auditiva.
¿Puede el TPA estar acompañado de otros diagnósticos?
Sí, es común que esté presente en individuos con dislexia, problemas de aprendizaje, trastorno de atención, problemas de lenguaje, apraxia del habla infantil y problemas de integración sensorial.
¿Hay un tratamiento para este diagnóstico?
Sí, hay esperanza para que estos individuos superen muchas de las dificultades secundarias a este diagnóstico. La terapia sensorial auditiva ha arrojado resultados muy positivos en estos individuos.
¿Qué es la terapia sensorial auditiva?
Esta terapia, conocida como Tomatis, surgió en París para los años 1950 desarrollada por el médico Alfred Tomatis, por quien lleva su nombre. La misma consiste en una tecnología sofisticada que utiliza música clásica, de Mozart mayormente, para estimular al cerebro a través del oído con un audífono especial (diseñado para la terapia) y así aumentar el procesamiento de la información que el cerebro recibe.
¿Cuáles son los beneficios de esta terapia?
• Aumento de la velocidad del procesamiento para una mejor comprensión de lo que se escucha.
• Aumento de la discriminación auditiva.
• Aumento en la atención.
• Aumento en las destrezas relacionadas a la lectura.
• Aumento en el desarrollo del habla y del lenguaje.
• Aumento en el procesamiento sensorial en general.
La terapia auditiva inicialmente se administraba solo en centros de terapias certificados, pero con el desarrollo de una nueva e innovadora tecnología portátil llamada TalKsUp, se puede recibir en la comodidad de los hogares, algo muy conveniente en esta nueva realidad social que aún estamos viviendo debido a la pandemia ocasionada por el COVID.
El cerebro es la computadora de la cual depende el desarrollo de muchas destrezas relacionadas al éxito escolar. Dentro de estas, una de las medulares es la de procesamiento auditivo. Es una buena noticia la de que se puede ayudar al cerebro a escuchar mejor, con más rapidez y precisión. La terapia sensorial auditiva es la respuesta para lograrlo.